El riego, tanto agrícola como urbano, y la recarga artificial, son los destinos más comunes
¿A qué usos se destinan las aguas residuales?
Los sistemas de regadío de los campos de golf se basan en su mayor parte en la reutilización de aguas residuales urbanas.
Con la reutilización de las aguas residuales se actúa directamente en una mejor gestión del medio ambiente evitando los vertidos directos al mar.
Una gran diversidad de usos
Los usos que se da a las aguas residuales ya transformadas para un proceso de reutilización son muy diversos, aunque predominan los usos para todo tipo de riegos y los usos para recarga artificial. De forma genérica, éstas que siguen serían algunas de las actividades en que es más común la reutilización de aguas residuales: riego agrícola (cultivos y semilleros), riego de parques y jardines (campos de golf, cementerios, medianas, cinturones verdes), reutilización industrial (refrigeración, alimentación de calderas), recarga artificial (recarga de acuíferos, control de la intrusión marina, control de subsidencias), usos urbanos no potables (riego de zonas verdes, lucha contra incendios, sanitarios, aire acondicionado, lavado de coches, riego de calles, uso medio ambiental (caudales ecológicos, zonas húmedas) u otros (acuicultura, fusión de nieve, construcción, eliminación de polvo, limpieza de ganado).
El uso más común para las aguas residuales reutilizables es el riego.
Esta lista, que podría ser más larga, pone de manifiesto la cantidad de agua potable que se sigue malbaratando y hace evidente la importancia que tiene en estos momentos la correcta gestión del agua por parte de las Administraciones.
También hay que señalar que la reutilización de las aguas residuales no es la panacea que cura todos los males ante la escasez de recursos hídricos. Dicha reutilización está sujeta a algunas limitaciones potenciales como son sus posibles efectos sobre la calidad del agua superficial o subterránea, sobre la salinidad del suelo, los propios cultivos o algunos aspectos relacionados con la salud pública, particularmente la transmisión de patógenos.
La reutilización para riego
Se afirmaba en el párrafo anterior que el uso más común para las aguas residuales reutilizables era el riego, tanto en un ambiente agrícola (cultivos, protección forestal...) como urbano (zonas verdes, campos de golf, vías urbanas...). Este hecho se explica muy fácilmente si se tiene en cuenta que en comparación con otros tipos de aplicaciones, el agua para riego requiere en muchos casos un nivel de calidad menos estricto, y en consecuencia el nivel de depuración que se debe alcanzar durante el tratamiento no es tan elevado.
Al margen del menor coste en el proceso de depuración, la reutilización de aguas residuales para el riego presenta múltiples ventajas.En primer lugar el agua tratada representa una fuente constante y segura de agua aún en los años más secos. También es un aporte continuo de nutrientes para las plantas que a su vez representa un ahorro en gastos de fertilización. Y finalmente con su uso se contribuye a la conservación de los recursos hídricos y a la reducción del coste económico del agua destinada a riego ya que aguas de otra procedencia pueden resultar a mayor precio.
La depuración de las aguas residuales es ya una obligación de cualquier política medioambiental basada en criterios de eficacia.
¿Con qué agua se puede regar?
Los criterios más importantes para establecer la calidad del agua para riego se refieren sobre todo al contenido microbiológico ya que la presencia de ciertas bacterias y virus puede plantear problemas higiénico-sanitarios, sobre todo por transmisión de enfermedades infectocontagiosas. El estudio de los parámetros físicos y de los componentes químicos y biológicos del agua residual a tratar permite conocer su aptitud o inadecuación por posibles afecciones al suelo y al cultivo a regar e incluso al hombre, así como su capacidad o poder fertilizante. Los factores a tener en cuenta son: materia o sólidos en suspensión, materia orgánica biodegradable, elementos nutritivos, pH, metales pesados, microorganismos patógenos, sustancias orgánicas estables o refractarias al proceso de tratamiento, sustancias inorgánicas disueltas y cloro residual.
La reutilización en recarga artificial
La recarga artificial de acuíferos es otro de los usos más frecuentes en la reutilización de aguas residuales. Dicha reutilización supone una depuración final para el agua residual previamente tratada con métodos convencionales, sobre todo si se utilizan sistemas de superficie que utilizan la capacidad depuradora de la zona no saturada para disminuir la carga contaminante del agua tratada.
El tratamiento previo del agua residual es importante realizarlo para reducir problemas de colmatación en los sistemas de recarga, mejorar la calidad físico-química y biológica del agua y evitar reacciones indeseables y formación de sustancias tóxicas. El grado de dicho tratamiento dependerá del sistema de recarga y del uso final al que vaya destinado el agua recuperada. No hay una línea de actuación clara en este ámbito y los especialistas en la materia defienden posturas encontradas. Mientras unos creen que debe tratarse el agua hasta el punto que su adición al acuífero no impida los potenciales usos del agua subterránea, otros defienden que el grado de tratamiento debe de ser lo más elevado posible y así obtener agua de una calidad aceptable para consumo humano, sea cual sea su posterior uso.
Para tener una referencia clara sobre cual es la tendencia actual, destacar que uno de los métodos de recarga artificial con aguas residuales más utilizado está basado en la
infiltración a través del terreno de importantes volúmenes de agua lo cual permite, a la vez que recargar el acuífero, una depuración de las aguas residuales; por tanto, se puede considerar como una técnica de evacuación de aguas residuales. Este sistema es conocido como SAT (soil-aquifer treatment) y con él se trata de utilizar el filtro natural que supone la zona no saturada, y, en algunos casos, la saturada, como un sistema de depuración avanzado.
La Ley prohíbe la reutilización de aguas para el consumo humano.
Usos para las aguas regeneradas
Las aguas regeneradas podrán utilizarse para usos urbanos, agrícolas, industriales, recreativos y ambientales. En todos los casos el Organismo de cuenca solicitará a las autoridades sanitarias un informe que tendrá carácter vinculante.
La recarga artificial de acuíferos es otro de los usos más frecuentes en la reutilización de aguas residuales.
El agua residual, antes de su reutilización, ha de someterse a un tratamiento de regeneración para alcanzar los niveles de calidad sanitaria y ambiental necesarios para el uso que se destina. Por otro lado, se prohíben determinados usos que presentan riesgos para la salud humana y el medio ambiente. Así, se prohíbe la reutilización de aguas para el consumo humano –salvo declaración de catástrofe en las que la autoridad sanitaria especificará los niveles de calidad exigidos a dichas aguas y los usos–; para los usos propios de la industria alimentaria; para uso en instalaciones hospitalarias y otros usos similares; para el cultivo de moluscos filtradores en acuicultura; para el uso recreativo como agua de baño; para el uso en torres de refrigeración y condensadores evaporativos; para el uso en fuentes y laminas ornamentales en espacios públicos o interiores de edificios públicos, y para cualquier otro uso que la autoridad sanitaria considere riesgo para la salud de las personas o un perjuicio par el medio ambiente, cualquiera que sea el momento en el que se aprecie dicho riesgo o perjuicio.