El fraude en la industria del aceite de oliva aparece con cierta frecuencia a pesar de los controles específicos realizados por las autoridades sanitarias. Dicho fraude consiste entre otros en la generación de mezclas de aceites de muy baja calidad como si se tratase de aceite de oliva, engañando por tanto al consumidor. El aceite de oliva no sólo se mezcla con aceites de otros orígenes como por ejemplo aceite de avellana, cuyo perfil es muy similar lo que facilita el fraude, sino también con aceites desodorizados. Investigadores de la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) han desarrollado una técnica con la que son capaces a partir de muestras de aceite, de detectar las posibles operaciones fraudulentas utilizando la mezcla con aceites de otras especies o distintos orígenes.
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