Desde que entró en vigor el Real Decreto 235/2013, todos los edificios, tanto los existentes como de los de nueva construcción, están obligados a presentar su certificación energética. Este documento califica la eficiencia del edificio y le da una puntuación, que varía según los sistemas aplicados en el inmueble. Aquellos que consiguen la certificación más elevada (A) son los que aplican sistemas inteligentes de monitorización, control y automatización para poder gestionar de forma eficiente la energía.
El Real Decreto 235/2013 obliga a todos los edificios, ya sean de oficinas o inmuebles de viviendas, a realizar una auditoría energética para verificar la eficiencia de sus instalaciones y obtener así un certificado que demuestre si esa edificación optimiza su consumo de energía.
Y es que la eficiencia en los edificios es una pieza fundamental para la sostenibilidad del ecosistema del planeta. Las cifras demuestran que el 42% de la energía mundial se consume en edificios, y la mayor parte de esta energía (entre el 54% y el 71%) se usa para los sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación. Además, en los costes de operación de un edificio, el consumo energético representa entre un 20% y un 30%. Porcentajes que, a su vez, pueden suponer hasta el 75% del coste del ciclo de vida del inmueble. Una correcta gestión y actualización de los sistemas para minimizar el uso de energía puede suponer un elevado ahorro económico en la vida de un edificio. Por ese motivo, desde organismos como la Unión Europea, se promueven iniciativas y marcos regulatorios que fomenten la eficiencia energética en los edificios.
Por suerte, la tecnología ha avanzado mucho en este aspecto en los últimos años, y el mercado dispone de numerosas soluciones que permiten optimizar el uso de la energía y reducir así su consumo, ahorrando en costes y en impacto ambiental. Las innovaciones en este campo permiten controlar cada vez más funciones del edificio: desde la climatización a la iluminación, los accesos, las alarmas, los consumos o las averías. Pero no sólo eso. Hoy en día se pueden crear escenas de ambiente, programaciones horarias, funciones lógicas y secuencias de actuaciones que pueden controlarse a través de un ordenador, tablet o smartphone. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los ocupantes y personalizar el entorno en función de sus necesidades. Programar la hora de encendido de las luces o el sistema de climatización desde cualquier lugar gracias a una app ya no es un sueño. La innovación en todos los campos permite una vida más fácil y conectada, siempre que se sepa hacer un uso adecuado de la tecnología.
No hay comentarios:
Publicar un comentario