Precio
A mayor precio mayor calidad. Los mejores jamones ibéricos tienen un proceso de elaboración de 6 años o más, un largo camino en el que el producto tiene que ser manejado con cariño y esmero por las manos más expertas, ya que cada una de las piezas podría echarse a perder en cualquiera de las etapas del proceso.
Raza ibérica
Bajo esta denominación se pueden encontrar varias categorías de jamón ibérico. Para que un jamón pueda ser considerado como ibérico solo es necesario que tenga mayoría de raza ibérica, pero el apellido ‘ibérico’ no garantiza que sea ibérico puro, de ahí la diferencia de precio y calidad.
Alimentación
Para obtener un producto de la más alta calidad no solo influye la raza, sino también la alimentación. En función de la alimentación que reciban los animales el producto final es totalmente distinto. Bellota, recebo, cebo de campo o cebo… Cuanta más bellota, más sabroso y menos graso. Además de estos conocimientos básicos, desde Extrem Puro Extremadura recomiendan al consumidor que exija un completo etiquetado para conocer la autenticidad del producto.
Denominación de Origen
La Denominación de Origen es una garantía de calidad pero hay muchas, y no todas son igual de exigentes con la producción que se comercializa bajo su sello. Por ejemplo, en Extrem Puro Extremadura comercializan la mayor parte de su producción bajo la DO Deseha de Extremadura, la más exigente a nivel nacional, según los expertos, y garantía de calidad.
Sabor y presentación
Por último, el paladar constituye la prueba definitiva. El sabor de un jamón ibérico de calidad es inconfundible y en el mercado se pueden encontrar una gran variedad de formatos: pato, loncheados, surtidos, etc., adecuados a cada estilo de vida y a las necesidades de cada momento.
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